miércoles, 27 de enero de 2010

Juanma Lillo: "Prefiero fichar soles antes que estrellas"

Os dejo el artículo publicado por Víctor Pérez para Fifachampions, sobre la entrevista ayer a Juanma Lillo en Que te den por el Fútbol.

El entrenador de la UD Almería ha hablado a los micrófonos de 'Que te den por el fútbol' en una entrevista de Vito González en la que ha reflexionado sobre el fútbol.

Hablar de teoría en el fútbol español supone referirse a Juanma Lillo, actual entrenador del Almería. Este tolosarra de 44 años que lleva desde los 16 dirigiendo a equipos de fútbol, intenta dejar en buena posición a un Almería que aún echa de menos a Álvaro Negredo.

Lillo es optimista tras las primeras semanas al frente del equipo. "Las cosas van bien, la pena es no haber obtenido el premio en función de los méritos pero por lo menos saber que los méritos son los idóneos, eso también son premios."

El técnico, que llegó el 20 de diciembre a la ciudad andaluza como sustituto de Hugo Sánchez, sabe que preocupa el peligro de descender. "Siempre que estés así por más méritos que hagan no cuentan en la clasificación, por tanto preocupa el hecho de que eso se tangilibilice. Pero las sensaciones no pueden ir mas en la direccion de lo que uno busca"

Fiel a sus palabras, a Lillo no le gusta poner excusas. Lo primero que hizo fue decir a la prensa que todos sus jugadores estaban magníficos, aunque reconoce que "prácticamente no había estado con ellos". El que fuera técnico de la Real Sociedad o Salamanca considera que, además, cogió al equipo fuera de las posiciones de descenso por lo que no es necesario dramatizar.

Futbolista frustrado

Juanma Lillo se confiesa como un futbolista frustrado: "Sé que la gente cuando lo escucha se asusta, pero yo lo soy y voy a morir así. Aquí parece que todo el mundo trabaja dónde quiere, con quién, cobra lo que le gustaría cobrar y vive con quién quiere. Parece una sociedad maravillosa, a la gente le cuesta afirmar sus frustraciones. Yo todavía sueño con ser jugador", asegura Lillo, que confiesa tener nervios cuando se calza las botas para jugar algún partidillo.

Sin embargo, Lillo pronto supo que no llegaría demasiado alto por sus dotes dentro del terreno de juego. "La cuestión es que encontré una persona que me hizo ver que no llegaría a algo grande como futbolista, encontró en mí valores para la dirección y me propuso ayudarle. A los dos meses se tuvo que marchar por motivos laborables y yo me encontré dirigiendo a mis compañeros", sentencia el técnico almeriense.

Con sólo 25 años, Lillo ya se sentó en el banquillo de un histórico como la Cultural Leonesa, en 2ªB. Allí, nació el sistema 4-2-3-1 que le lanzaría a la fama: "allí comenzó una construcción de ideas que yo tenía para conseguir cosas y curiosamente se convirtió y sigue siendo una ocupación espacial referente. Pensé que era una forma muy oportuna de colocar 4 delanteros de una forma racional y conseguí tanto allí como en Salamanca que las cosas salieran bien", asgura Lillo.

Camino del éxito

Y es que una de las etapas más existosas le llegó a Lillo en Salamanca. Tras quedarse a las puertas el primer año, el equipo salmantino logró el ascenso a la División de Plata en la temporada 1993-94. Pero lo mejor estaba por venir, y es que Lillo conseguiría tras ascender a Segunda acabar en cuarta posición en la Liga para tener acceso a un partido de promoción por ascender. El Salamanca, en apenas dos años, se veía de jugar en 2ªB a luchar por entrar en Primera. La ida (0-2) fue una total decepción, pero el partido de vuelta resultó épico (0-5) y el Salamanca, con Lillo en el banquillo, logró entrar a Primera División.

El joven técnico pronto se dio a conocer por sus métodos y por su nivel de teorización del fútbol. Lillo, no en vano, tuvo como referencias a gente como El Flaco Menotti, Pancho Maturana o Jorge Valdano. Eso sí, el tolosarra rechaza imponer su sistema allá dónde vaya: "porque que un sistema te vaya bien en un sitio no quiere decir más que busques que pueda ir bien en ese otro. No ha sido gracias a ti. Lo que pasa que somos mucho de establecer causa-efecto cuando en la vida resulta que no existe. Y es que yo soy muy sistémico, porque cuando uno lee teorías de sistemas, física cuántica o matemática compleja y se acerca a ese tipo de conocimiento se da cuenta que nada de eso existe pero seguimos, por miedo, intentando buscar rincones de seguridad para pisar suelo firme cuando vivir significa estar en arenas movedizas."

Tras pasar por el Oviedo, Lillo aterrizó en las Canarias para dirigir al Tenerife en la temporada 1997-98. Allí se encontró en una situación muy complicada en un equipo por el que ya habían pasado otros tres entrenadores. "Todo el mundo ya nos daba por deshauciados y conseguir salvarnos fue maravilloso. A partir de ahí se creó un vínculo afectivo con la Isla que hace que recuerde esa etapa muy bien", asegura el técnico.

Quizás, la que fuese oportunidad de su vida, le llego a Lillo durante el verano de 2003. Lluis Bassat, candidato a la presidencia, llevaba como director deportivo a Pep Guardiola, que había elegido a Juanma Lillo como entrenador del primer equipo. Sin embargo, Laporta venció en las elecciones y la opción del Barça se cerró para Lillo.

El destino de Juanma entonces fue a parar a México tras una breves estancias en Murcia y Terrasa. En México, Lillo asegura haber "disfrutado mucho" junto a buenos amigos como el propio Pep Guardiola, al que acabó dirigiendo en los Dorados de Sinaloa.

Vuelta a casa

Lillo estuvo dos años sin equipo hasta que volvió a España para hacerse cargo de 'su' Real Sociedad. "Entrenar a la Real Sociedad me parece que es mayor medida que entrenar a muchos equipos que actualmente se encuentran en la Primera. Es una institución que lleva 41 años ininterrumpidos en Primero, cosa que sólo pueden decir Real Madrid, Barcelona y Athletic de Bilbao", puntualiza Juanma antes de seguir hablando.

La nostalgia se apodera de Lillo cuando habla de la Real Sociedad. Confiesa que ya de pequeño se iba con el bocadillo a ver entrenar a los futbolistas, o a ver los partidos en el estadio de Atocha, reemplazado hoy por el de Anoeta: "Todos nos lamentamos la ausencia del olor a fútbol de Atocha. Nosotros, que no solemos trasladar nuestras emociones, el tener los jugadores tan cerca nos enganchaba. La gente allí hasta animaba y gritaba, algo que ahora en Anoeta es muy complicado porque el campo está lejos, la pista de atletismo por medio.. pero también hay que reconocer que 20.000 personas en Segunda como en Anoeta no mete nadie", finaliza Lillo.

Sin embargo, el sueño de lograr el ascenso a Primera no se cumplió durante la temporada y media que estuvo como técnico de los Txuri-urdin. En la Real también vivió uno de los episodios más extraños de su vida. Lillo recibió el impacto de un objeto en un derbi frente al Eibar que hizo suspender el partido cuando se encontraba en tiempo de descuento. Lillo, lejos de enemistarse con su 'agresor', le dio una oportunidad, "la valoración que tenía de ese hecho después de conocer a la persona que lo hizo cambió radicalmente. Además, no me lo tiró a mí, sino que lo lanzó al campo. Como consecuencia de eso tuve la posibilidad de conocer a una grandísima persona, con una familia tan estructurada como la propia y que inclusive tienes mejores sentimientos. Me di cuenta de que pude haber sido yo mismo el que lanzara el objeto en un momento de ofuscación", concluye Lillo. El técnico, incluso, va más allá, "si te viene a pedir perdón y lo está pasando mal será porque lo está pasando así. Me duele mucho que la gente haga escarnio en la moral, en la que seguro uno anda débil, y en cuanto ve una evidencia vamos a ver si nos limpiamos moralmente en el otro. A mí eso me parece más demencial que el lanzar un objeto."

"Prefiero fichar soles a estrellas"

Del fútbol actual, Lillo se confiesa admirador del Barça de Guardiola, personaje con el que tiene "más que afinidad". Hasta el punto de asegurar que no le gusta hablar de él, "me da vergüenza, es como si hablara de mi relación con mi padre", bromea. Sí que habla en serio sobre el proyecto sobre el que se ha cimentado el equipo de Pep: "El Barça tiene una construcción cultural de años en manos de alguien que la ha fortalecido, le ha dado un criterio colectivo descomunal y encima los jugadores de la casa ya están orientados y los que se firman de fuera lo están por esa razón: para poder crear esa construcción en breve espacio de tiempo".

Tampoco le cuesta a Lillo dejar clara su postura en cuanto a política de fichajes. Comulga con las ideas de Pep, con las que forma una metáfora. "Nosotros tenemos el criterio de fichar soles, porque el sol da luz para todos mientras que la estrella sólo da luz para sí misma. El Madrid tiene una construcción distinta con unas intenciones distintas, pero la estrella no hay que olvidar que sólo se da luz a ella misma", filosofa el técnico almeriense.

Juanma se desmarca sobre la sanción a Cristiano Ronaldo, castigado con dos partidos por propinar un codazo a Mtiliga: "no tengo conocimiento de jugadas con las que pueda establecer paralelismos pero sí puedo decir que todo lo que ocurre alrededor de este chico se convierte en un producto de consumo y venta que todo el mundo manosea. Yo creo que lo que menos le importa a la gente es la jugada en sí, hasta el punto de que el pobre chico del Málaga parece tener la culpa de todo.

Su actual destino es Almería. Un equipo humilde que ascendió hace relativamente poco y busca su sitio en Primera División. Hugo Sánchez fue sustituido a pesar de no ocupar posiciones de descenso, prueba de que los andaluces quieren ser ambiciosos. Eso sí, de momento no habrá fichajes como ha reconocido el propio Lillo. "El presidente me lo dejó muy claro cuando llegué y es algo que le agradezco", señala el técnico, a la vez que lamenta que ya no esté ni Álvaro Negredo ni otro delantero capaz de marcar 25 goles por temporada.

Lillo lucha por mantener su estatus con el equipo almeriense. Él mismo admite que los equipos grandes lo tienen, en cierta medida, más fácil al pelear por un título. "Si no lo logras no se modifica tu estatus, sino que te quedas sin ganar algo. Sin embargo, cuando una lucha por las posiciones de abajo sí corre el riesgo de ver modificado su estatus, estás en condiciones de perder algo", concluye Lillo. El tiempo, y el fútbol, pondrán en su lugar a un hombre quizás adelantado a su tiempo que vive por y para el fútbol. Y para 'su' Real.

1 comentario:

Vito González dijo...

Un artículo excelente Victor, como todos los que se pueden leer en Fifachampions!